En la última década, la Facultad de Ingeniería de la UNAM ha experimentado una disminución constante en el número de aspirantes a sus programas de maestría. Esta tendencia responde a factores multifactoriales: el aumento en los requisitos de admisión, los costos económicos y de tiempo, la disponibilidad de alternativas educativas, y una percepción variable sobre el valor de los estudios de posgrado en el mercado laboral .
A pesar de que una maestría puede mejorar considerablemente la empleabilidad y el salario, su valor percibido depende tanto del individuo como del campo de especialización. Adicionalmente, la incertidumbre provocada por la transformación del CONACYT en CONAHCYT y posteriormente en el SECTI, junto con el impacto global de la pandemia, ha afectado los programas de becas y apoyos económicos, generando desconfianza y desmotivación entre los aspirantes .
El objetivo fundamental de los programas de posgrado sigue siendo formar especialistas altamente capacitados para contribuir al desarrollo tecnológico del país. Sin embargo, la baja en el número de aspirantes ha puesto en riesgo esa misión. En 2023, por ejemplo, el número de aspirantes a la Maestría en Ingeniería Eléctrica con especialidad en Control fue alarmantemente bajo, con apenas dos interesados.
En este contexto, dentro del Departamento de Control y Robótica (perteneciente a la División de Ingeniería Electrónica), bajo la coordinación del Dr. Rafael Iriarte durante el periodo 2023-2024, se decidió implementar una campaña para revertir esta situación. El Dr. Iriarte, junto con el Dr. Leonid Fridman, lidera el Laboratorio de Control por Modos Deslizantes, reconocido por su investigación pionera a nivel internacional.
La campaña consistió en brindar charlas informativas dirigidas a estudiantes de octavo semestre que habían elegido el módulo de Control y Robótica. El objetivo era presentarles las ventajas del posgrado, resolver dudas comunes y mostrar el trabajo de investigación real en los laboratorios.
La propuesta incluyó varias acciones:
De los 72 estudiantes que cursaron el módulo, se identificaron tres perfiles: enfocados a docencia, industria e investigación. A cada grupo se le ofrecieron sesiones específicas, con demostraciones en vivo y visitas guiadas a los laboratorios. Además, se recopiló información mediante grupos de control con estudiantes que realizaban su servicio social, lo cual permitió preparar respuestas específicas para las inquietudes más comunes.
Gracias a esta estrategia, en la convocatoria 2024 se logró incrementar significativamente el número de aspirantes: más de 20 estudiantes se postularon, y más de una docena fueron admitidos. Esto representa un aumento considerable respecto a convocatorias anteriores, en las que la media era de apenas seis nuevos estudiantes.
Este resultado confirma que, a pesar de que los programas de posgrado en ingeniería pueden ser exigentes y poco compatibles con esquemas de estudio-trabajo, una estrategia de promoción bien diseñada puede revertir la tendencia negativa.
Este enfoque no sólo permitió revitalizar el programa, sino que también sentó las bases para una comunidad académica más fuerte y comprometida con el avance científico y tecnológico del país.