Quien reprime sus emociones, se ahoga

A menudo creemos que todo está bien cuando en realidad no es así. Nuestras actitudes habituales pueden ser mecanismos de defensa desarrollados de manera subconsciente para contextos diferentes, perjudicándonos sin que nos demos cuenta.
El "estoy bien y nada me afecta" es la calma que precede a la tormenta emocional, y no se trata de negar la realidad, sino de creer genuinamente que todo está bien. Tener dudas sobre nuestros sentimientos demuestra una mayor autoescucha, y reconocer que no siempre estaremos bien refleja un mayor control sobre nuestro estado emocional.
Gran parte de nuestro estilo de vida, hábitos y acciones son el resultado de conductas desarrolladas a lo largo del tiempo por practicidad, comodidad o para proteger nuestro bienestar en un determinado contexto. Sin embargo, es posible caer en hábitos perjudiciales a largo plazo sin siquiera notarlo.
En cuanto a la gestión de las emociones, ¿es la forma en que las enfrentamos, desarrollamos y sentimos la mejor? ¿En qué etapa de nuestra vida aprendimos a gestionarlas? ¿Por qué las gestionamos de esa manera?
Imaginemos a un joven que estudia lo que desea, tiene pareja, apoyo familiar y un entorno de crecimiento saludable, pero experimenta un profundo grado de insatisfacción debido a herramientas de gestión emocional que le sirvieron en su adolescencia pero que ya no son útiles en su juventud.
O una madre amorosa, preocupada por la seguridad y el bienestar de su familia, rodeada de amigos y un entorno familiar saludable, pero que se siente completamente triste. Sin darse cuenta, no sabe expresar sus necesidades afectivas a las personas que ama debido a un mecanismo heredado de su infancia, lo cual está afectando su autoestima.
También encontramos a un joven adulto que es trabajador, independiente, tiene hábitos saludables y una variedad de amistades, pero experimenta una gran frustración emocional. No logra superar las relaciones pasadas y niega sus propias emociones por miedo al rechazo, debido a heridas en su subconsciente desde la infancia.
La lista podría continuar. Me preguntaba a mí mismo, ¿por qué me siento vacío cuando no hay razón para ello? Creer que no tenemos ningún trauma pasado es el primer indicio de que hay aspectos para trabajar.
Hay acciones que no siempre se reflejan en nosotros mismos, sino en patrones que se manifiestan en nuestras relaciones con otras personas. ¿Por qué siempre me sucede lo mismo con las personas que conozco en ciertos ámbitos?
El o la psicólogo(a) es el guía, gestor(a) y mediador(a) entre nuestro pasado personal y nuestro presente. En muchas ocasiones, los problemas que enfrentamos son solo la punta del iceberg que guardamos en nuestro subconsciente, y gran parte de ese "hielo" afecta otros aspectos que no siempre percibimos conscientemente.
Aceptar que la salud emocional es fundamental nos brinda la oportunidad de crear entornos familiares, amistades, de trabajo y sociales más sanos. Las relaciones humanas sanas están dadas por personas emocionalmente sanas.
¿Por qué sientes lo que sientes? ¿Por qué no buscar asesoría para evaluar si todo está bien? Si todo está bien, no hay ningún problema, pero si no es el caso, es mejor ¿no? Una cita a tiempo puede ayudarnos a evitar, aliviar o reducir un prejuicio a largo plazo.
Cuida tu salud emocional como cuidas tu salud física, como cuidas tu manejo económico o tu desarrollo laboral.